Castillo de Lavardens

Uno de los castillos más bonitos que visitamos en nuestra ruta por el sur de Francia en la región de Gers fue el Castillo de Lavardens.


El municipio de Lavardens era la antigua capital militar de los condes de Armagnac donde se encuentra el imponente castillo con el mismo nombre. El castillo fue construido entre los siglos XII y XVII, actualmente está declarado Monumento Histórico y para aquellos que les guste visitar castillos, está abierto al público y acoge regularmente exposiciones de arte.


El exterior del castillo es muy diferente a lo que estamos acostumbrados y es una de sus peculiaridades otorgándole originalidad y distinción. Podréis llegar al castillo sin dificultad alguna, eso si, os recomendamos ir en coche ya que de esta manera os podréis mover libremente por la región.


Nosotros no lo dudamos ni dos veces y decidimos visitar el castillo por dentro. A pesar de que las salas no están muy amuebladas, nos llamaron la atención ya que en su interior pudimos admirar algunos de sus rincones y las piezas de arte expuestas que eran de lo mas llamativas.


Las dos zonas que más nos gustaron a parte de la zona de exposiciones fue la imponente escalera del interior del castillo y la sala de los susurros, que consiste en que si habláis en una esquina de la sala, en la otra esquina se escucha casi perfectamente lo que se ha dicho.

Una de las curiosidades que tenéis que saber respecto a este castillo es que a pesar de que ha vivido 3 incendios aun permanece muy bien conservado, gracias al trabajo de varios historiadores que decidieron mantenerlo y conservarlo restaurando las partes más viejas desde 1960.

El pueblo medieval de Lavardens ubicado en torno al castillo, está lleno de encanto, os recomendamos descubrir sus bonitas callejuelas y los restos de sus murallas caminando tranquilamente para poder sentir por unos instantes un viaje al pasado medieval.



Otro de los lugares que os recomendamos visitar en el pueblo medieval de Lavardens es su antigua iglesia.La iglesia de San Miguel tiene un campanario enorme y se encuentra en la parte alta del pueblo. Si tenéis la oportunidad de entrar en su interior seguro que os asombrara por su sencillez y calidez.

